ENTREVISTA A LA DRA. SARI ARPONEN, AUTORA DE “EL SISTEMA INMUNITARIO POR FIN SALE DEL ARMARIO” (ALIENTA EDITORIAL)

ENTREVISTA A LA DRA. SARI ARPONEN, AUTORA DE “EL SISTEMA INMUNITARIO POR FIN SALE DEL ARMARIO” (ALIENTA EDITORIAL)

La doctora Arponen nos llama la atención en su nuevo libro sobre nuestro sistema inmunitario y todo lo que hace por nosotros.

Entrevista: Susana Alfonso

¿Por qué crees que se ha puesto de moda hablar del sistema inmunitario a partir de la pandemia si antes no se hacía?

En la pandemia todo el mundo se dio cuenta de la importancia de cuidar de nuestro sistema inmunitario, ya que es lo que nos protege de las infecciones. Frente a los virus no tenemos fármacos eficaces (salvo algunas excepciones), y la respuesta a una infección vírica depende de nuestras propias defensas. Además, en los grandes medios de comunicación y las redes sociales se ha hablado del sistema inmunitario, cuando antes desde luego no era un tema de interés general. Todo este interés se enmarca en un contexto de preocupación general por la salud.

¿Puedes simplificar qué impacto tiene en nuestra salud?

El sistema inmunitario nos defiende de los microorganismos que nos pueden producir infecciones, pero tiene otras funciones, como reparar las lesiones y heridas, reconocer las células propias como tales y no atacarlas, y lo mismo con los elementos externos no dañinos, como los alimentos. Además, es capaz de reconocer (cuando funciona bien) células cancerosas y atacarlas antes de que se multipliquen demasiado. También realizar tareas de limpieza y mantenimiento en general, por ejemplo, a nivel cerebral.

Supongo que el estrés, una de las enfermedades del siglo XXI, baja nuestras defensas y puede ser peligroso… ¿Cómo remediarlo?

El estrés crónico efectivamente es perjudicial para nuestra salud y también, por supuesto, para el sistema inmunitario. Una de las formas de contrarrestar sus efectos es darle de vez en cuando pequeños estímulos estresantes fisiológicos agudos, que nuestro cuerpo sabe cómo manejar. Por ejemplo, una ducha de agua fría u una sauna de vez en cuando. El ayuno nocturno largo es otra estrategia interesante. Y por supuesto, el movimiento y el ejercicio físico, que son innegociables.

También son de gran ayuda el contacto diario con la naturaleza, la desconexión digital y el descanso nocturno adecuado, así como el contacto social real con personas en el plano físico, no en el virtual. Por supuesto, la meditación y el mindfulness pueden ser un apoyo.

¿Las vitaminas sirven para protegerlo?

Digamos más bien que si hay un pequeño déficit de alguna vitamina, el sistema inmunitario no puede funcionar forma correcta. Además, los rangos óptimos que se consideran son para evitar enfermedades graves, no para un buen funcionamiento del cuerpo. El problema es que no es tan fácil, incluso con una dieta equilibrada, conseguir las cantidades adecuadas de todas las vitaminas (y minerales) que necesitamos. Así, el déficit de ingesta de zinc por ejemplo es muy frecuente. Si no tenemos ningún tipo de déficit, no es que necesitemos ni debamos tomar más cantidad de una determinada vitamina, salvo que nos lo indique un médico o nutricionista actualizado en este tema.

«Son de gran ayuda el contacto diario con la naturaleza, la desconexión digital y el descanso nocturno adecuado, así como el contacto social real con personas en el plano físico, no en el virtual».

¿Cómo se puede optimizar su desempeño?

No hay soluciones mágicas: una alimentación a base de alimentos de verdad, de temporada y proximidad, evitando los ultraprocesados, y cuidar también así de nuestra microbiota, es básico. Esto, junto al ejercicio diario, la desconexión digital, el descanso nocturno, una exposición adecuada a la luz natural del sol y el contacto con la naturaleza son la clave. Si no se hace todo lo comentado, no tiene demasiado sentido buscar suplementos —aunque algunos puedan ser útiles en circunstancias particulares— u otro tipo de productos que nos arreglen lo que nosotros mismos a menudo nos estropeamos con un estilo de vida inadecuado derivado de la sociedad moderna, que, si bien tiene muchas ventajas, también tiene su contrapartida negativa en forma de muchas enfermedades crónicas. Los hábitos saludables son la base del camino de la salud, un camino para toda la vida.

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